14 - Además, fisioterapeutas/uroterapeutas capacitados y experimentados pueden realizar ecografías transabdominales o transperineales que brindan información directa al niño sobre el movimiento de los músculos del piso pélvico y su efecto en el cuello de la vejiga cuando el niño contrae y relaja el piso pélvico. - La electromiografía (EMG) proporciona información adicional sobre el uso del piso pélvico durante la micción, esto ayudará al niño a aprender a contraer y relajar los músculos del suelo pélvico a voluntad. Entrenamiento del Piso Pélvico: La conciencia de los músculos del suelo pélvico se puede enseñar a través del enfoque de todo el cuerpo utilizando técnicas como la relajación progresiva, el trabajo con balón sentado y patrones sinérgicos conocidos. La acción de los músculos del piso pélvico sobre el patrón de vaciado es un signo de vaciado disfuncional. Se caracteriza por un patrón de flujo entrecortado o intermitente con un tiempo de micción generalmente prolongado y un vaciado vesical incompleto. El objetivo es que el niño interiorice la sensación de relajación, y tenga la conciencia suficiente para practicarla correctamente y aplicarla en el inicio y durante la micción. La forma de enseñar el conocimiento de los músculos del piso pélvico a un niño en particular depende de las necesidades de aprendizaje motor de ese niño que varían con muchos factores, como la edad, la conciencia sensoriomotora y la capacidad cognitiva. Hay que considerar que solo el entrenamiento de los músculos pélvicos no parece ser útil para enseñar la continencia. La combinación de todos los elementos de uroterapia específica, modificación del comportamiento y seguimiento frecuente son primordiales. Elementos claves de aprendizaje de la uroterapia: En esencia, los niños aprenden cómo orinar, cuándo orinar y con qué frecuencia tienen que orinar. Para alcanzar resultados de entrenamiento óptimos, estos tres elementos de aprendizaje deben practicarse juntos repetidamente. 6. Evaluación del tratamiento Los resultados del tratamiento pueden evaluarse objetivamente según los criterios ICCS: sin respuesta (0-49 % de reducción de los síntomas), respuesta parcial (50-99 % de reducción de los síntomas) y respuesta completa (100 % de mejora). Sin embargo, el éxito del tratamiento también está determinado por el grado de satisfacción con los resultados del niño y sus padres. La satisfacción y la mejora de la calidad de vida pueden ser una razón para finalizar el tratamiento en lugar de esforzarse persistentemente por obtener resultados óptimos.
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